La historia de “nenucho” no es muy distinta a la de sus antecesores, al igual que sus hermanos, nace en la provincia de Córdoba en el año 1969 producido en la fabrica de Santa Isabel, con una producción anual de 20.000 unidades, (siendo el Jeep IKA el primer vehículo producido en serie en nuestro país). Si bien su tío lejano es el jeep Willys de producción norteamericana famoso por su desempeño en la 2da guerra mundial, aquí se lo fabricó sin los colores de guerra ni sentido bélico alguno, de echo nace para estar directamente en el campo, para ayudar y mejorar el desempeño en la agroindustria.
De la mano de un cordobés, su primer dueño, estuvo unos años en su ciudad natal para que al poco tiempo, Leonardo Marcuzzi, (mejor conocido como nenucho) sanjuanino oriundo del departamento de Albardón, lo comprara y lo llevara en persona a su provincia, donde comparten sus espíritus aventureros por los rincones mas hermosos de San Juan, cuidando celosamente de el como si fuera su propio hijo ( de echo fue el único vehículo que tuvo en toda su vida), pasaron mas de 35 años y valla a saber cuantos rutas, aventuras y kilómetros juntos. Antes de partir Leonardo, lo deja en manos de su yerno Luis, que como bueno aventurero sigue con los cuidados y mimos aljeep. Con gran valor familiar les cuesta mucho la decisión de vender el jeep del abuelo, era octubre del 2010 cuando por causalidades de la vida, veo el anuncio e inmediatamente decido verlo, el estado en el que se encontraba era casi perfecto, ninguna modificación y denotaba un cuidado muy prolijo, no hubo mucho por decir que inmediatamente sin aprobación de nadie decido comprarlo. Pero volvamos un poco para atrás, de chico siempre soñé en silencio con comprarme un jeep, pero comprar un vehículo con una tecnología de menos 40 años, no es algo que el común de la gente haga, igual fiel a unos de mis primeros sueño, paso semanas buscando algún ejemplar de jeep ika que realmente llame mi atención, sin encontrar alguno, dejo la búsqueda por un tiempo y fue un martes de octubre, sentado solo en el consultorio de la guardia y sin mas pacientes que salgo a comprar una revista donde leo el aviso, que a decir era bastante sencillo y humilde para semejante valor, decido llamar y el miércoles por la mañana al salir de guardia fue lo primero que hice, contactar al vendedor, e ir a verlo, a la primera impresión no lo podía creer, estaba impecable, no hacia falta saber de mecánica ni ser muy tuerca para decir que este jeep estaba mas que bien, sin mas vuelta y luego de hablar unos 20 minutos, basto con un buen apretón de manos que Luis me prometió no venderlo, inmediatamente con toda la euforia de haber encontrado el jeep de mis sueños llamo a Mari y le comento por primera ves de mi sueño y que el mismo se convertiría mágicamente en realidad, y fue cuando por esas cosas de la vida, ella me cuenta que también siempre había soñado “tener un jeep ika blanco”, para mi esa fue la señal de que estaba en buen camino, y son esas cosas que simplemente sin explicación fueron echas para que uno las tenga en algún momento, nos estaba esperando. A los días, seño con un dinero ahorrado y el jeep ya era mío, bastaba hacer la burocracia de los papeles, firmas, hacer las famosas tarjetas verdes y azueles para poder comenzar nuevas aventuras juntos.
Es por esto que queremos desde nuestra humilde posición de bautizar a nuestro jeep como Nenucho en honor a quien fue realmente su más antiguo dueño y mejor conservador del jeep.
Para vos Nenucho, gracias por cuidarlo al pendejo como lo hiciste.
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